lunes, 23 de febrero de 2015

Punk Posh Pink

The Wonders - That Thing You Do




El arte de ser simple. La virtud de formar parte de ese gran grupo de personas etiquetadas en la normalidad. La fortuna de vivir en una burbuja (de las resistentes, de las cosidas a base de sueños) que, sin embargo, deja pasar sin llamar a todo aquello que parece capaz de sacarte la más mínima sonrisa -aunque a veces, ese algo, resulte ir cargado de alfileres e intente, desde dentro, explotar esa mansión que tanto esfuerzo costó construir y que parece ahora tan frágil-.

La felicidad en las pequeñas cosas. 
En lo mundano, en lo ordinario, en lo que roza lo idiota. Cosas de las que, en ocasiones se espera demasiado, se hace un mundo que al minuto se desmorona, que cae como la primera hoja arrastrada por el viento en otoño.
- Siempre he pensado que esa hoja, la más débil, vuelve a alzar el vuelo ayudada del mismo viento que la hizo caer, y llega lejos; mucho más lejos que quedándose aferrada para siempre a la seguridad de su árbol-.

Supongo que es AQUÍ donde AHORA vive la reina de la simplicidad, que (no te equivoques) un día fue compleja, madura y reflexiva... Pero ese castillo era demasiado frío, aburrido y, ¿por qué no admitirlo? le quedaba grande...
AQUÍ y AHORA, en una simple y ordinaria burbuja de fácil acceso, llena de pinchazos y parches, en la que, movida por el viento, ir en busca de nuevos y utópicos invitados a los que dejar entrar y, mientras tanto, contemplar el mundano mundo a través de su pared transparente.


jueves, 12 de febrero de 2015

Just this Boyfriend (Wear it with boots)

Iggy Pop - Candy


Menuda ilusa. Mi corazón se estaba preparando para esta carrera de fondo, esa que implicaba verte después de tanto tiempo y a la que, sin entrenamiento previo, iba a llegar tal y como me dejaste, sin respiración.

Lleno mis maletas. Aprendí de ti que -aunque me cueste-, lo importante no son los zapatos, ni el colorete. Son esas ganas que destellaban en ti cuando marchaste, ganas de comerte el mundo empezando por el otro lado del Atlántico.
¿Qué mejor maquillaje que el brillo en los ojos?, ¿qué mejor calzado que unos pies llenos de arena de playa? La maleta estaba hecha.

Aprendí de ti que no hay nada como un buen plato de presente, de esos que devoras sin necesidad de cuchillo y tenedor, y que no hay mejor forma de devorarlo que acompañado de personas con el mismo apetito que tú.

Pensé entonces que lo tenía todo, que después de los mil zapatos desgastados, el maquillaje corrido y platos de comida basura, podría volver a retomar esas lecciones de vida que sólo tú supiste darme -cualquier maestro hubiera querido una alumna con las ganas que yo (te) tenía-.

Menuda ilusa. Una vez más, llegué tarde a esa cita internacional, perdí la maleta y tú cogiste un vuelo de vuelta...
Menuda ilusa. Aún espero que, en alguna de esas rutas salvajes, tú y yo volvamos a cruzarnos, devorando un plato de presente y, ¿quién sabe? probando, quizás, un poco de futuro.

viernes, 6 de febrero de 2015

Smart School Day.



No tienes ni idea. 

No tienes ni puñetera idea. Y no quiero sonar borde, ni pedante, pero es que no te enteras de nada. Y yo no te lo voy a explicar. No te haces a la idea de cómo lloran mis nudillos cuando te vas, y cómo se me queda el pecho exento de aire gritando en silencio por qué no estás (conmigo, claro). Pero no importa, o eso digo siempre. El “no pasa nada” de las mujeres convertida en mi vergonzosa y patética excusa más habitual. Excusa que intenta hacerme creer que se puede ser sin ti. Menuda patraña. 

Lo más increíble de todo es que te miro, me quedo absorto en el verde de tus ojos, en ese infinito océano que escondes, nadando e intentando flotar a tu lado, y me hundes, me ahogas, me agotas. Todo porque no comprendes que al mirarte intento decirte lo que no saben mis palabras explicar. Que eres preciosa, incluso con tu oscuridad, esa que te pisa los talones y de la que no te logro sacar.  

Pero joder, si no puedes ver más allá, si no sabes qué hay detrás de mi sonrisa inocente implorando clemencia, ¿yo por qué te quiero? ¿Qué conexión neuronal en medio de mi caos mental ha decidido que debo hacerlo? 

Me estás matando y comienza a ser algo literal. La inercia errada de quererte me empieza a pasar factura. Pero no importa, algún día te enterarás.

martes, 3 de febrero de 2015

Bet for Brown (Beautiful Boho)



"- Es como si a mi coche le faltara algo; pero no siempre es lo mismo, ¿sabes?: unas veces, siento que voy a lo loco, sin frenos (las pastillas, últimamente, están que echan chispas y he tenido muros de cemento a una distancia bastante más cercana de lo que me gustaría), pero... ¿qué le voy a hacer? A esa velocidad - esa a la que ves los árboles pasar muy rápido a los lados, como palillos- no puedo pensar...
Otras veces voy sin limpiaparabrisas en medio de una tormenta enorme; así, a ciegas, guiándome a tientas, cuando en realidad lo que me gustaría es bajarme del coche y bailar bajo (con) esa tormenta que no me deja ver.
Pero, ¿sabes cuándo lo paso peor? Cuando me falla el acelerador... Puta sensación de querer volar y sentir que, en vez de eso, alguien pone el freno de mano... 
No lo soporto, precisamente quiero que tú, te sientes a mi lado, seas mis frenos cuando se acerca el muro de cemento, mis limpias cuando voy a ciegas y, joder, quiero que pises conmigo ese acelerador hasta que los árboles de los lados de la calle pasen rápido, ya sabes... como palillos."

- Hola, ¿puedo ayudarte en algo?
- Sí, verás... es como si a mi coche...