Te he pensado tantas veces que ahora que me he puesto a
escribir ya no sé. Lo de escribir ya no se me da bien. Nunca se me dio bien,
qué coño. Pero lo hice. Lo hacía. Lo he hecho cuando he tenido demasiadas cosas
dentro y nadie a quien decírselas. Y digo nadie porque aunque hubiese gente no
estaba esa a quien de verdad quería. Y ahora no estás tú. No sé en qué momento exacto dejaste de estar pero ahora simplemente ya no eres mi mitad Ying-yang. Y te va
bien, creo. Y me alegro un huevo, en serio.
Al principio, cuando tú tomaste un
camino y yo otro, me daba la impresión de que buscabas gente para reemplazar mi
hueco. Súper egocéntrico por mi parte, lo sé. Quizás sólo lo pienso para autocreer que te costó algo perder a la rizos. Algo así como un autoengaño. Pero dentro
de ese autoengaño y dentro de mi historia tú acabas encontrando gente que me
reemplaza. Y yo sólo sé que la sensación de mierda que tengo ahora empezó muchísimo
antes de que me diese cuenta. Y lo siento. Porque no te lo supe decir. No
te supe decir que desde que te fuiste a Niza noté algo. Cuando fui a visitarte,
y estabas rodeada de gente que no era yo, cuando volviste, cuando te marchaste
a Cuba a perseguir a un tío que no valía nada, cuando volviste de nuevo. Cuando
yo no estuve a tu lado todo lo que debería haber estado. Lo siento por eso
también.
Reconozco que tener a alguien más en mi vida a mí me cambió, aunque no creo que
entendieses el cambio. A ti no sé lo que te cambió. Pero algo lo hizo también.
No quería nombrar a Cuba, ni al cubano, ni decir que no valía nada pero lo he
hecho por algo. Porque, supongo que si escribo, sólo lo hago porque
estoy cabreada contigo. De lo jodidamente idiota que eres, por recorrer medio
mundo y humillarte y arrastrarte por gente que nunca te quiso, y no mandarme ni
un sólo mensaje para hablar conmigo. Con la puta rizos. Soy igual de
jodidamente idiota. Pero por eso éramos amigas, supongo.
Y nada. Llegados a este punto, de no saber si en los diez
minutos que llevo escribiendo he dicho algo entendible, me paro.
El día 9 de septiembre de 2014, escribí y publiqué un texto
que titulé “con P de París”. Ya no recuerdo si lo leíste o no, porque lo hice
en un blog de mierda que tengo por ahí. Hoy es 10 de febrero y me ahorro el
título, ponlo tú, no sé qué más decir.